Big Data. Alimentando al monstruo que nos invade.

Big Data.
Alimentando al monstruo que nos invade.
Por Juan Berrocal

Desde hace algunos años estamos digitalizando nuestras vidas en internet. Lo hacemos a diario a través de los dispositivos con los que nos conectamos a la red. Cuando interactuamos con las redes sociales, programas de mensajería, teléfonos, dispositivos inteligentes u otras aplicaciones; generamos una gran cantidad de información sobre nuestros hábitos, gustos, actividades, opiniones, etc. que quedan almacenados para ser explotados por las compañías tecnológicas que ofrecen los servicios. El volumen de información que se recopila es tan brutal, que está siendo una autentica revolución a la hora de gestionar los procesos productivos y las tomas de decisiones entre otros aspectos.
Las grandes compañías que ofrecen servicios en internet informan en sus extensas y complejas políticas de privacidad que “Al utilizar nuestros servicios, nos confías tus datos”, así mismo indican que entre los usos que harán con los datos será “Ofrecer servicios personalizados, incluido el contenido y los anuncios” hacíendonos creer que viven de la publicidad porque hay anuncios y los servicios son gratuitos. Ésto es lo que piensa la inmensa mayoría de los usuarios que usan internet a diario, pero el gran negocio de estas tecnológicas es el Big Data, que en realidad es la recopilación y tratamiento masivo de datos proveniente de muchas empresas tecnológicas, las cuales almacenan la información para su propio beneficio y para hacer caja con otras empresas, organizaciones y gobiernos. Esa información tan poderosa es el “petróleo” del siglo XXI y está tratada por la inteligencia artificial que se nutre de algoritmos matemáticos que generan los expertos con conocimientos en modelos y patrones de la conducta humana. Este Big Data sabe más de nuestro comportamiento y conductas que nosotros mismos, pero no tiene sentimientos, ni entiende de ética, moralidad o equidad. Solo es muy eficiente en el almacenamiento y tratamiento masivo de la información. Cabe cuestionarse el conocimiento pormenorizado que se hace de cada ser humano y tanta intromisión en nuestra privacidad. No basta con que siempre llevamos encima un smartphone, ahora algunos hogares estarán monitorizados las 24 horas con la irrupción que ha hecho el llamado altavoz inteligente, que responde a tus órdenes para “facilitarte la vida”, o eso es lo que nos quieren hacer creer. Pero realmente no somos cocientes que estamos alimentando al monstruo que nos invade cada día, ese que cuenta con infinidad de algoritmos diseñados para influir de un modo constante y perseverante en cambiar nuestras creencias, opiniones, gustos y decisiones, saturándonos con cierta información y censurando aquello que no debemos conocer; que nos discrimina por temas de religión, política, raza, salud, edad o sexo; el que trata de crearnos ciertas necesidades y hábitos en función de nuestro poder adquisitivo; el que inunda la red de un modo automatizado con noticias falsas tratando de inclinar la balanza en favor de un político o grupo con el objetivo de conseguir nuestro voto; el que se salta la seguridad en los equipos informáticos con el propósito de escudriñar todo lo que guardamos celosamente en nuestros dispositivos. Y terrible lo que nos puede pasar con nuestros datos más sensibles que terminan en el “mercado negro”. Los hackers roban infinidad de datos aprovechando los fallos en la seguridad del Big Data.
La pretensión desmesurada de las grandes empresas tecnológicas por la recopilación de datos personales lleva al Big Data a ser un gran monstruo que en manos de corporaciones con poca transparencia significará un mundo más injusto y desigual para la mayoría, porque los principales consumidores del Big Data son las grandes empresas y multinacionales, donde su principal fin es generar mayor riqueza y poder para si mismas.
Si al potencial del Big Data le unimos el interés de éstas empresas por ganar dinero fácil y rápido; administraciones que sean corruptas y legislaciones lentas y torpes, lo que nos espera será más discriminación, manipulación y la perdida de derechos y libertades para la mayoría de las personas.

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