Pequeños empresarios, grandes emprendedores.



Pequeños empresarios,
grandes emprendedores.
Por Juan Berrocal

Las pequeñas empresas como las que están presentes a nuestro alrededor representan más del 99% del tejido empresarial y están regentadas en su mayoría por emprendedores autónomos. Entre todas ellas generan más empleo que las grandes empresas y son el motor económico de nuestro entorno. Así mismo, estas empresas, con el pago de salarios, impuestos, tasas y tributos, son las que más aportan a nuestro sistema sanitario, nuestro sistema educativo y nuestras infraestructuras. Las pequeñas empresas no tienen capacidad económica para contratar a equipos de expertos profesionales como los que gestionan las cuentas de las grandes empresas, esos que logran bajar los impuesto de sociedades para que tributen a un tipo efectivo del 7,3%. Estos expertos consiguen exenciones y bonificaciones fiscales para las grandes empresas hasta en “paquetes de galletas” o “bajo las piedras” y no digamos los impuestos que son capaces de ahorrar a través de paraísos fiscales.
Estos pequeños emprendedores sin reconocimientos son nuestros vecinos, las personas con las que nos cruzamos a diario, las que comparten y fortalecen los lazos de nuestra comunidad con su apoyo a los actos y eventos colectivos que disfrutamos con nuestros hijos y amigos en los barrios donde vivimos. A estos empresarios del entorno acuden muchas asociaciones y colectivos buscando el apoyo económico para organizar actos y eventos.
Si necesitamos algo que comprar, en estas empresas tenemos la mejor opción: por cercanía, por rapidez, por comodidad y por el trato personalizado que nos ofrecen. La mayoría de las pequeñas empresas se han especializado y nos ofrecen un servicio muy profesional, dándonos más y mejor información antes de vendernos un producto. Si el producto lo tienen que llevar a casa, suelen hacerlo por un precio mucho más económico que las grandes empresas, incluso algunas empresas locales lo hacen sin cargo al cliente porque quieren ganarse las recomendaciones que éste hará a vecinos y conocidos.
Si tenemos alguna incidencia o defecto del producto, las empresas pequeñas se preocupan en gran medida del servicio post-venta porque no quieren tener una mala reputación en la localidad o barrio. Estos empresarios no disponen de recursos para contratar grandes campañas que mejoren la imagen y reputación en los medios de comunicación y redes sociales. Para estas pequeñas empresas la buena imagen y reputación es la que conquistan a diario con el buen trato que dan a sus clientes.
Pero, si con todo este valor añadido seguimos sin darles nuestro reconocimiento, solo debemos comparar el precio de los productos. Si analizamos bien, nos daremos cuenta que en las grandes empresas, salvo las ofertas gancho, muchos de sus productos están más caro o incluso duplicando el precio que suelen tener los comercios especializados. Las grandes empresas nos hacen creer que todo es una ganga, porque conocen nuestros hábitos y comportamientos más que nosotros mismos. Saben que la mayoría no planifican las compras y que más de la mitad hacen compras compulsivas.
Existen sobrados motivos para dar nuestro reconocimiento a estos pequeños empresarios y grandes emprendedores de nuestra comunidad.

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