Optometrista y Gerente en Óptica Cártama y Óptica Álora
La vista y el oído son dos sentidos imprescindibles en la vida cotidiana para informarnos y comunicarnos con los demás. Para hacernos una idea: el 70 % de la información que recibimos del exterior nos entra por la vista, y un porcentaje algo menor a través del oído. Cualquier deficiencia puede afectar en edades muy tempranas a los niños y también a los adultos a lo largo de su vida. Cuando un niño no ve bien o no oye adecuadamente puede alterar su desarrollo, su destreza y en como interactúa con los demás, afectando a sus habilidades sociales, es por ello que debemos prevenir y corregir a tiempo
cualquier problema en la vista u oído siendo necesarias las revisiones periódicas para solucionar cualquier problema y poder desempeñar las funciones diarias con normalidad, garantizándonos una buena calidad de vida.
En la edad infantil: es recomendable llevar a los niños al oftalmólogo a partir de un año y a un optometrista especializado en optometría pediátrica a partir de los 4. Los síntomas de problemas de visión en los niños que nos deben alertar son: guiñar los ojos al ver la tele, inclinar a un lado la cabeza, acercarse mucho al texto para leer o escribir, lagrimeo o enrojecimiento de los ojos y bajo rendimiento escolar.
Para los problemas de audición, se deben realizar revisiones periódicas a partir de los 3 o 4 años. Aun sin que podamos apreciar ningún síntoma debemos realizar una revisión al año ya que hay ametropías como el ojo vago que no siempre son detectables.
En la edad adulta, los problemas de visión más comunes son: hipermetropía, astigmatismo, presbicia y miopía. Es importante hacerse una revisión de la vista cada año en centros especializados.
En cuanto al oído, con la edad hay pérdida de capacidad auditiva y no corregirlo a tiempo puede acarrear problemas más graves como aislamiento social y depresión. Para prevenir es aconsejable hacerse revisiones cada dos años en centros auditivos.